Características de la arquitectura moderna en México

Orígenes y elementos importantes para el grupo que hacen de la arquitectura moderna mexicana muy especial.

Para hablar sobre la arquitectura moderna en México, resulta fundamental remontarnos a los orígenes y hablar sobre el porfiriato, época que marcó un antes y un después en diversos ámbitos, y la arquitectura no es la excepción. Durante su mandato, Porfirio Díaz mostró interés en reflejar los avances industriales, pero, sobre todo, fue en la época que se caracterizó por su estética afrancesada, y es que, a pesar de inculcar también elementos prehispánicos, (basta recordar que en aquellos tiempos el arqueólogo Leopoldo Batres hizo enormes descubrimientos en Teotihuacán), fueron momentos que se vieron definidos por la influencia internacional.

Y es que, en la arquitectura, al igual que dentro de otros ámbitos (como la economía), durante aquellos años llegaron muchos extranjeros a México, sobre todo europeos, cuyas corrientes se vieron plasmadas en las obras de arquitectura moderna del país. Del mismo modo, existieron varios arquitectos mexicanos de gran renombre, y la mayoría de ellos, se formaron en el viejo continente, o fueron discípulos de maestros extranjeros. Entre ellos, cabe destacar a Federico Mariscal, quien construyó el Palacio de Bellas Artes, Emilio Dondé, que hizo el templo de San Felipe de Jesús, Antonio Rivas Mercado, Bernardo Calderón e Ignacio Marquina.

En cuanto a la técnica, se comenzaron a utilizar materiales europeos, como el fierro laminado para las columnas y viguetas que evocan a la Revolución Industrial, así como las bóvedas catalanas y los recubrimientos y acabados de mármol, granito nórdico, vidrio y bronce. En cuanto a los materiales nacionales, se solía utilizar el tabique de barro y la cantera suave.

Algunas de las obras más emblemáticas de la época y que aún conservan toda su belleza y esplendor son: sin duda, el Palacio de Bellas Artes, el Teatro Juárez en Guanajuato, el Palacio Postal, el Expiatorio, que también se encuentra en Guanajuato y el Monumento a la Revolución, que fue construido por mandato de Porfrio Díaz como conmemoración al centenario de la Independencia por el francés Émile Bérnard bajo un estilo neoclásico.

Posterior a la Revolución, se apuntaba a una estética nacionalista que se alejara al afrancesamiento del porfiriato que dio pie a la época y arquitectura moderna, la cual se caracteriza por elementos como: el funcionalismo extremo de Le Corbusier, los grandes ventanales, y la mezcla de geometría futurista con elementos prehispánicos. Algunos de sus precursores fueron Manuel Ortiz Monaterio, Vicente Mendiola y Juan Segura.